¿Dónde está tu corazón? (Hechos 8:18–25)


¿Dónde está tu corazón?

Pasaje: Hechos 8:18–25

Recursos: Guía de estudio familiar

Cómo usar esta guía: Reúnan a su familia para el estudio familiar. Sean conscientes de las edades de sus hijos y determinen cómo explicarán, ilustrarán y aplicarán el pasaje. Sigan cada encabezado en el estudio. Apliquen el pasaje a sus propias vidas, hablen los unos con los otros, hagan preguntas. Y, lo más importante, ¡disfruten!

Introducción

Debemos guardar nuestros corazones y asegurarnos que nuestro servicio a Dios está siendo hecho por las motivaciones correctas.

¿Qué aprenderemos hoy?

Expliquémoslo

Tenemos que examinar lo que adoramos (vv. 18–19)

Después de la muerte de Esteban hubo una gran persecución hacia la iglesia. Los creyentes de Jerusalén fueron esparcidos alrededor de Judea y donde llegaban predicaban a Cristo. Entre los esparcidos estaba Felipe, él llegó a Samaria y les predico a los samaritanos. Los samaritanos eran mitad judíos, mitad gentiles. Gente era salva y milagros operaban. Entre los escuchantes estaba un hombre llamado Simón, que previamente practicaba la magia, engañando al pueblo que era muy grande. Al ver el poder de Dios y escuchar el mensaje de salvación, él creyó y se bautizó. Al pasar el tiempo visito Pedro y oro por las personas que recibiesen el Espíritu Santo. Simón al ver que a través de Pedro imponer las manos, la gente recibía el Espíritu Santo, el trato de ofrecer dinero para recibir ese mismo poder. Pedro reprendió a Simón al manifestar la verdadera razón de seguir a Cristo. La motivación de Simón de convertirse era para recibir el mismo poder que manifestaban los apóstoles y ganar una vez más la adoración de la gente. Su corazón estaba en los milagros, pero no en el que daba los milagros, en Dios. Como seguidores de Cristo debemos guardar nuestro corazón y seguirle por las motivaciones correctas. Nuestra adoración solamente debe ser Dios.

La condición de tu corazón determina a quien adoras.

Tenemos que examinar nuestras motivaciones (vv. 20–25)

Las motivaciones de Simón en seguir a Cristo eran incorrectas. Quería comprar el don de Dios, pero los dones que Dios da no se pueden comprar con dinero. Son recibidos por la gracia de Dios. A diario debemos examinar nuestro corazón y asegurar que hagamos las cosas con la motivación correcta. Todo lo que Dios nos ha dado ha sido por su gracia y no hay nada que podamos hacer para merecerlos.

Examina tu corazón y asegúrate hacer las cosas por las motivaciones correctas.

Reflexionemos

  • ¿Cómo es posible ser un discípulo de Jesús y aun tener las motivaciones incorrectas por seguirle?

  • ¿Por qué crees que Simón trato de comprar el don de Dios?

Apliquémoslo

  • Toma un tiempo de reflexión, ¿las cosas que haces para Dios son hechas por la motivación correcta?

Para niños 

Recuerda que todo lo que hagas por Dios debes hacerlo con la motivación correcta.

Para jóvenes

La Biblia dice que una casa dividida no puede sostenerse. Similar al corazón. Un corazón dividido no puede permanecer. No podemos servir al mundo y a Dios. Debemos seguir a Dios con el propósito correcto.

Compartamos

“Lo que aprendí de este pasaje que quiero poder compartir con los demás es...” (cada uno comparta lo que aprendió con su familia).

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