Necesito sanidad por dentro
Pasaje: Salmos 34:1–10
Recursos: Guía de estudio familiar
Cómo usar esta guía: Reúnan a su familia para el estudio familiar. Sean conscientes de las edades de sus hijos y determinen cómo explicarán, ilustrarán y aplicarán el pasaje. Sigan cada encabezado en el estudio. Apliquen el pasaje a sus propias vidas, hablen los unos con los otros, hagan preguntas. Y, lo más importante, ¡disfruten!
Introducción
David nos reta a nunca dejar de alabar a Dios en cualquier circunstancia que estemos porque, Él es nuestro refugio y le alabamos por quien Él es.
¿Qué aprenderemos hoy?
Expliquémoslo
Nunca dejes de alabar a Dios (vv. 1–3)
El salmo 34 fue escrito bajo difíciles circunstancias que el salmista David estaba pasando, pero aun así él comienza el salmo declarando que Dios es digno de nuestra alabanza. Nunca debemos parar de alabar a Dios, sino que debe estar continuamente en nuestra boca. Es una cosa alabar a Dios cuando todo está bien, pero es otra cosa cuando estamos experimentando un tiempo terrible. La alabanza no está basada en nuestra presente circunstancia, sino en quien Él es. Le alabamos porque él es bueno.
Adora a Dios en toda circunstancia sea buena o mala.
Necesitas buscar a Dios en tu desesperación (vv. 4–7)
El salmista fue sensible y honesto con Dios. En vez de regresar al uso de la sabiduría y confianza humana, fue hacia Dios por ayuda. Confesó que ya no podría contener más sus angustias y que necesitaba de Dios. Igual como David tenía temor, como creyentes también podemos sentir lo mismo. Somos seres limitados y frágiles, expuestos a las aflicciones de la vida. Cuando vengan esos momentos difíciles tenemos la libertad de tomar varios caminos para refugiarnos. Los que se refugian en Dios, Él los libra de sus angustias y los defiende.
En el día de la aflicción el mejor refugio es Dios.
No debemos perder la esperanza en su bondad (vv. 8–10)
Aquellos que se refugian y prueban a Dios experimentan su bondad. Dios es bueno y aquellos que confían en Él jamás serán avergonzados. El buscar la presencia de Dios debe convertirse en nuestro estilo de vida aun cuando todo va bien o aun mal. La fuente de nuestra fortaleza y alegría es Jesús. David concluye confesando y declarando que Dios es bueno con aquellos que confían en Él.
Dios es bueno con los que confían en El.
Reflexionemos
Medita en tu pasado, ¿cómo te sentistes cuando estabas afligido por una circunstancia? ¿Lo trataste arreglar con tus fuerzas y fuiste a otra fuente para consolación o fuiste a Dios? ¿Cuál fue el resultado y qué aprendiste?
Apliquémoslo
La próxima vez que pases por tiempos difíciles recuerda esta enseñanza y decide alabar a Dios.
¿Cuál es el motivo de nuestra alabanza hacia Dios? No está basada en nuestra presente circunstancia sino por quien Él es.
Para niños
Si alguna vez tienes miedo de algo, puedes confiar en Dios. Él te protege.
Para jóvenes
En la vida cometerás muchos errores y pasarás por dificultades. Muchos jóvenes encuentran consuelo en cosas o personas que las profundizan aún más en el problema sin solución. Dios nos invita a encontrar refugio en él.
Compartamos
“Lo que aprendí de este pasaje que quiero poder compartir con los demás es...” (cada uno comparta lo que aprendió con su familia).