Recuerda (1 Corintios 11:23-24)

Idea central

La práctica de la Santa Cena nos recuerda el gran sacrificio que Jesús hizo por nuestros pecados.

Contexto bíblico

En este pasaje Pablo describe la institución de la Cena del Señor. Jesús, en la noche de su traición, tomó pan, dio gracias, lo partió y dijo: “Este es mi cuerpo, que es para vosotros; haced esto en memoria de mí.” Este pasaje resalta la importancia de la practica de la Santa Cena como una forma de recordar y honrar el sacrificio de Cristo.

Expliquémoslo

1.La práctica de la Santa Cena nos recuerda nuestro pasado

Pablo recordó el momento en que Jesús instituyó la Cena del Señor. En la noche de Su traición, Jesús tomó el pan, dio gracias, lo partió y declaró que era Su cuerpo, entregado por nosotros. Este acto simboliza el sacrificio supremo que Jesús hizo en la cruz por nuestros pecados (Mateo 26:26-29).

Estábamos perdidos en nuestros pecados sin ningún sentido de propósito y guía. Estábamos destinados a la condenación eterna, y ni siquiera nuestras buenas obras podrían habernos ayudado a evitarlo. El pecado era el mayor enemigo del hombre hasta que vino Jesús. Aquellos que están luchando pueden encontrar libertad en Él (Juan 8:36). Estábamos perdidos pero hemos sido encontrados.

  • Reconoce que ni tus buenas obras ni tus esfuerzos podrían haber cambiado tu estado sin el sacrificio de Jesús, y mantén una actitud de humildad y dependencia en Su gracia

Que aprendemos: En un tiempo estabamos perdidos


Preguntas para discutir 

¿Cómo te ayuda la Santa Cena a recordar y reflexionar sobre tu vida antes de conocer a Cristo?

2. La práctica de la Santa Cena nos recuerda el precio que Él pagó por nuestros pecados

Jesús tuvo que morir en la cruz para el perdón de nuestros pecados y nos lo concedió por gracia (Efesios 2:5). Su muerte en la cruz no fue instantánea. Fue un proceso doloroso. Fue escupido, golpeado y ridiculizado (Mateo 26:67). Fue abandonado incluso al punto de sentirse desamparado (Mateo 27:46). Por lo tanto, lo que hemos obtenido es una gracia costosa, ya que le costó mucho (Filipenses 2:8), ¡Su propia vida!


Es fácil olvidar esa verdad. No debemos tomar a la ligera el perdón que Cristo nos dio. Más bien, como Pablo, debemos tener el corazón para ofrecernos como un sacrificio vivo (Romanos 12:1), dedicando todo nuestro ser a Su servicio y deseando vivir completamente para Él. Pagó un alto precio por el perdón de nuestros pecados y para concedernos la eternidad.

  • Practica el perdón en tus relaciones personales, recordando el inmenso perdón que has recibido de parte de Cristo  y cómo esto debe influir en tu manera de tratar a los demás


Que aprendemos: El perdon de nuestros pecados fue recibido a un alto costo

Preguntas para discutir

¿De qué manera puedes asegurarte de no tomar a la ligera el perdón que Cristo nos ha concedido?

¿Cómo puedes enseñar a otros sobre el costo del sacrificio de Jesús y la importancia de vivir para Él?

Llamado a la acción

La próxima vez que tengas la oportunidad de participar en este sacramento, tómalo en serio. Dedica tiempo a estar agradecido con Dios por lo que hizo por nosotros en la cruz.