Idea central
Debemos esforzarnos por mantener nuestra atención en Dios y saber que sus planes nunca cambian.
Contexto bíblico
Tras la masacre de Siquem (cap. 34), Dios ordena a Jacob que se establezca en Betel y construya allí un altar, lo que le permitiría ofrecer sacrificios. Durante la estancia de Jacob en Betel, Dios reitera tanto Su alianza con Abraham (12:1-3) como el nuevo nombre de Jacob (32:28). Este encuentro recuerda la fidelidad del pacto de Dios (28:10-22), la protección divina de su pueblo y su plan para el futuro de Israel.
Expliquémoslo
1. No permitamos quitar el enfoque de Dios (1—5)
Tras su encuentro inicial con Dios, Jacob recibió orientación y fue materialmente próspero. Una vez que se encontró con Esaú, por miedo a las represalias, tomó el camino opuesto a Esaú y terminó estableciéndose en Siquem. Eso llevaría a su familia a una situación que causaría daño a su hija y a todo el pueblo de Siquem. Su hija fue violada y sus hijos se vengaron matando a todos los hombres del pueblo y manteniendo cautivas a sus esposas e hijos. Eso llevó a Esaú a tener miedo, lo que parece no por la moralidad de la situación, sino por la próspera vida que estaba en juego debido a las posibles represalias de los pueblos de su alrededor. En medio de todo el caos y en una situación complicada, ahora sí Dios tenía la atención de Jacob. Dios intervino y hablo a su vida y le dio instrucciones que simbolizaban vivir una vida pura.
Al igual que Jacob, a veces ponemos los ojos en la bendición y se la quitamos a quien nos concedió esa bendición, el cual es Dios. Debemos saber que aunque nos hayamos desviado del propósito de Dios, ¡Nunca es tarde! Él nos llama para que regresemos y sigamos sus planes. A Jacob, Dios le dijo que quitara los ídolos de su casa y que se purificara. ¿Qué ídolos tenemos que quitar o qué prácticas pecaminosas habituales tenemos que eliminar de nuestras vidas? Debemos hacerlo si queremos servir al propósito divino de Dios.
A veces, demasiada riqueza material puede llevarnos a desenfocarnos de Dios
Es mejor seguir a Dios en paz que esperar a pasar por el quebrantamiento para reconocerle
Que aprendemos: Las consecuencias de seguir nuestros propios planes son grandes
Preguntas para discutir
¿Qué podemos hacer para mantenernos centrados en el plan de Dios para nuestras vidas?
2. Los propósitos de Dios para nuestra vida no cambian (9—15)
Habían pasado 20 años desde el último encuentro de Jacob con Dios y una vez más Dios se le apareció y le bendijo y le dijo que sería padre de muchas naciones y le repitió el cambio de nombre que había acontecido y simbolizaba su cambio de dirección e identidad.
Aprendemos que aunque nos apartemos del propósito de Dios para nuestra vida, Él nunca lo hace. (Deuteronomio 31:8) A pesar de que parece una idea difícil pensar que Dios todavía quiere usarnos después de que le hemos fallado o abandonado la iglesia. Pero esta historia nos recuerda lo contrario, que puede que nos hayamos desviado, pero Sus planes siguen siendo los mismos. Hay que comprometernos con Dios y con la nueva identidad que te ha dado.
Que aprendemos: Dios sigue actuando en nuestras vidas
Podemos sentir que estamos a mil pasos de Dios, pero solo se necesita un paso de fe para estar bien con Él.
Preguntas para discutir
¿Por qué es difícil para algunas personas sentir que Dios las ha abandonado después de haber fracasado? ¿Qué nos enseña la historia de Jacob sobre este tema?
Llamado a la acción
Si sientes que Dios se ha alejado de ti porque le has fallado. Piensa lo contrario. Sus planes siguen activos para tu vida.