Testifica de Cristo sin temor (Hechos 1:8)

Idea central

El Espíritu Santo nos capacita para ser testigos audaces de Cristo.

Contexto bíblico

Cumplido su ministerio terrenal, Cristo regresa a Dios Padre, pero éste envía al Espíritu Santo para que haga fructificar la obra que realizó mediante la proclamación del Evangelio hasta los confines de la tierra.

Expliquémoslo

1. El Espiritu Santo te apodera para testificar de Cristo

Antes de que Jesús ascendiera al cielo, los discípulos le preguntaron por la restauración del reino de Israel. Jesús les respondió que no les correspondía a ellos conocer los tiempos del Padre, pero que, mientras tanto, pronto recibirían la morada del Espiritu Santo y una nueva dimensión de poder para dar testimonio del evangelio.


En el momento en que recibimos a Cristo como nuestro Señor y Salvador, nuestro cuerpo se convirtió en un templo del Espíritu Santo, y Él mora dentro de nosotros, pero puede darnos el poder para ser testigos audaces de Cristo. En tiempos difíciles, Pablo y Esteban (Hechos 13:9; 7:55) hablaron con valentía y autoridad porque estaban llenos del Espíritu Santo. Debemos ser testigos de Jesús, pero necesitamos el poder del Espíritu Santo para hacerlo sin miedo y con denuedo.


Que aprendemos: La Palabra de Dios llega aun al corazón más duro

  • No tengas miedo de ser testigo de Cristo. Su Espíritu puede darte poder.


Preguntas para discutir

¿Qué significa ser testigo de Cristo?


¿Cuál es la diferencia entre la morada y la llenura del Espíritu Santo?

2. Comparte la Palabra de Dios con los demás

A Sus discípulos, Jesús les habló de ser Sus testigos comenzando en su ciudad local de Jerusalén, luego extendiéndose a la región de Judea, y finalmente yendo más al norte y alcanzando Samaria. Esencialmente, les dijo que comenzaran en casa y luego se expandieran a otras vecindades.


Como estamos llamados a ser testigos de Cristo, debemos comenzar primero en nuestro hogar e impactar a aquellos que ven nuestro diario vivir, luego ir más allá y alcanzar a otros. Hablar a los demás del Evangelio fue el encargo que nos dio Jesús (Marcos 16:15), y debemos hacerlo a todos sin prejuicios. Todos necesitan oír hablar de Cristo, y Dios quiere usarnos a nosotros para hacerlo. El apóstol Pablo hablo de cómo iba hacer posible que la gente creyera sin haber nadie que les hable (Romanos 10:14).  Hay que atender el llamado de Dios para nuestras vidas de testificar de las bondades de Dios al perdido.


Que aprendemos: Es nuestra responsabilidad personal participar de la comisión de Jesús y compartir el Evangelio con los demás.


  • Debemos compartir nuestra fe con los demás porque Dios ha hecho muchas cosas buenas por nosotros

  • No es responsabilidad exclusiva del liderazgo espiritual compartir el evangelio, cada seguidor de Cristo debe hacerlo


Preguntas para discutir

¿Cómo podemos superar el miedo mientras compartimos nuestra fe?


¿Por qué es importante compartir el Evangelio con los demás?

Llamado a la acción

Dios nos llama a compartir el evangelio con los demás y a ser su testigo sin temor. No con la intención de que lo hiciéramos solos, pues nos dio su Espíritu para que nos capacitara para hacerlo audazmente.