Idea central
Dios nos ha dado la capacidad de experimentar muchas cosas en la vida para nuestro disfrute, pero debemos saber que la verdadera felicidad solo viene de Él.
Contexto bíblico
Este autor ilustra que hay un tiempo apropiado para todas las actividades que constituyen la vida humana. Aunque hay un tiempo apropiado para todas las cosas, es Dios quien establece estos tiempos, y Su obra es fija, de modo que no puede cambiarse. Dado que la humanidad no puede discernir plenamente los tiempos señalados por Dios, el autor anima a la gente a disfrutar de la vida y a estar contenta.
Expliquémoslo
1. Hay un momento para todo (vv. 1—8)
El autor ilustra que hay un momento apropiado para todas las actividades de la vida humana. Una actividad va en paralelo con otra. ¿Qué aprendemos de ello?
Aprendemos que hay un momento y una estación para todo. No debemos precipitarnos, pues ninguna estación de nuestra vida es permanente. Al igual que hay estaciones estacionales, hay estaciones en nuestra vida. Mientras esperamos la próxima estación en la vida en la que deseamos estar; debemos manifestar paciencia y tomarnos el tiempo para analizar nuestra estación actual y aplicar la sabiduría de Dios. Piensa en el futuro, pero vive el momento. El mañana trae sus propias preocupaciones, y no podemos controlarlo, pero descansamos en Dios (Mateo 6:34).
Que aprendemos: No vivas la vida demasiado deprisa, todo tiene su tiempo
Hay que disfrutar de cada experiencia como podamos: nuestro tiempo con Dios, la familia y los amigos
Preguntas para discutir
¿Cómo puede esta lista de tiempos servir como recurso de ánimo para quienes están pasando por momentos difíciles?
¿Cómo podemos aplicar a nuestro diario vivir la capacidad que tenemos de entender el paso del tiempo?
2. Sólo Dios trae la verdadera satisfacción (vv. 9—15)
Aunque hay un tiempo para todo, el autor expresa que todo lo que experimentamos no puede proporcionarnos una satisfacción total. Aunque vivamos en la rutina del tiempo, nuestros corazones están diseñados para anhelar algo eterno.
Cualquier cosa que experimentemos en nuestra vida no se compara con tener a Dios. La rutina en la vida nos muestra que no puede traer satisfacción total, y nos señala otra realidad: que necesitamos a Dios. Él nos permite experimentar muchas cosas para disfrutarlas y no para adorarlas. Debemos saber que Él tiene el tiempo perfecto mientras esperamos algo y que, mientras tanto, podemos encontrar verdadera alegría y satisfacción en Él.
Que aprendemos: Fuimos creados para adorarle
Nada se compara con tener a Dios en tu vida
Preguntas para discutir
¿Por qué las cosas de esta tierra no pueden dar plena satisfacción al corazón del hombre?
En el versículo 11, el autor expresó que Dios ha puesto la eternidad en el corazón del hombre, en sus palabras ¿qué significa?
Llamado a la acción
Dios tiene un tiempo para todo en tu vida, pero por mucho que experimentes o logres en este mundo, debes saber que Dios sólo satisface.