Idea central
Debemos mantener nuestro enfoque y adoración en Dios, evitando que los intereses mundanos nos distraigan, tanto en nuestra vida diaria como en la casa de Dios.
Contexto bíblico
Jesus entra al templo y Él interrumpe a los mercaderes con justa ira, sustituyendo su actividad comercial por sanidades. Las multitudes lo aclaman como el Hijo mesiánico de David, lo que enfurece a los líderes religiosos.
Expliquémoslo
1. Mantén tu atención en Dios (vv. 12—13)
Después de llegar a Jerusalén, Jesús entró en el templo y se asombró de lo que vio: lo que debía ser una casa de oración (Isaías 56:7) se había convertido en una cueva de ladrones. El templo debía ser un lugar de culto, meditación tranquila, contemplación, alabanza y devoción, donde el pueblo de Dios pudiera acercarse a Él y buscar Sus bendiciones, pero lo habían convertido en un mercado de gente codiciosa.
¿Qué podemos aprender de esto? Nos lleva al corazón de la situación. ¿Hemos perdido el verdadero sentido del por qué venimos a la casa de Dios? ¿Se ha convertido únicamente en un lugar social para conocer gente nueva, o es una casa de adoración? Ciertamente podemos venir y tener compañerismo y conocer a nuevos creyentes, pero la razón principal por la que venimos a la casa de Dios es para acercarnos más a Él. Nuestro enfoque debe ser el acercamiento y adoración a Dios. Cualquier otra cosa que se ponga en medio de ese enfoque debe ser reconsiderada.
No debemos perder el propósito de por qué nos reunimos colectivamente como iglesia
Lo que aprendemos: Cuando estemos en la casa de Dios, debemos hacer el esfuerzo de enfocarnos en Él, evitando que los intereses mundanos nos distraigan.
Preguntas para discutir
¿Qué cosas o situaciones en nuestra vida nos han robado nuestro enfoque en Dios?
¿De qué manera podemos mostrar reverencia a la casa de Dios?
2. Mantén tu alabanza en Dios (vv. 14—17)
Después de que Jesús limpió el templo, los enfermos acudían a él y eran sanados milagrosamente. En lugar de recibir alabanzas y reconocimiento, los líderes religiosos de la época criticaron sus acciones. En cambio, los niños del templo empezaron a alabarle.
Los líderes religiosos estaban tan desconectados de la realidad de Dios y tan en sintonía con el prestigio y consigo mismos. Con el paso del tiempo, cuando accedemos a un puesto de liderazgo y aprendemos los entresijos de asistir a la iglesia, podemos volvernos insensibles a la presencia de Dios si no cultivamos un espíritu de adoración. Dios nos llamó a adorarlo; si nosotros no lo hacemos, ¡las rocas ciertamente lo harán! (Salmo 150:1—6; Lucas 19:37—40)
La adoración no es una ocasión sino un estilo de vida
Adora a Dios con todo lo que eres
Lo que aprendemos: La verdadera adoración a Dios es más importante que el prestigio humano, y que debemos mantenernos conectados con Su presencia en lugar de enfocarnos en nosotros mismos.
Preguntas para discutir
¿De qué maneras podemos participar y desarrollar la adoración a Dios en nuestras vidas?
Llamado a la acción
Nunca olvides de lo que Dios te ha librado. Mantén tu enfoque y tu vista en Cristo mientras caminas en esta fe.