Este recurso ha sido provisto por el equipo de recursos de las Asambleas de Dios. Usado con permiso.
Estudio
Lea Éxodo 13:1-10 para aprender más sobre la Pascua (también conocida como la Fiesta de los Panes sin Levadura).
En el Antiguo Testamento, Dios instruyó a los Hijos de Israel, por medio de Moisés, que conmemoraran su rápida salida de la cautividad con la celebración anual llamada la Pascua. Esa fue una de las maneras establecidas por Dios para enseñar de Su poder y fe a las futuras generaciones. De acuerdo a las tradiciones judías, esta celebración iniciaba con una semana de actividades que culminaba con la comida de la Pascua. Esta comida incluía varios artículos simbólicos diseñados para que las familias preservaran las historias del poder de Dios y de Su provisión por las generaciones.
Esta fue la comida que Jesús compartió con sus discípulos en la noche que él fue entregado para ser crucificado. Jesús escogió una comida, un momento de acercamiento íntimo. Ese era un tiempo reservado para familias cercanas o invitados honorables. Hoy, al considerar la comida que compartimos en esta Pascua, la cual conmemora la resurrección de Jesucristo, mírate a tí mismo como un invitado honorable de Jesús. Si tú tienes una relación personal con Jesús, entonces considera que estás compartiendo el alimento con familia.
Durante la comida tradicional de la Pascua, el hijo menor hacía cuatro preguntas a las cuales los otros respondían al unísono. Este año, te invitamos a que permitas que tus niños (o el menor a tu mesa) hagan preguntas y anima a todos a que se involucren en contar las historias. Hemos preparado versos bíblicos que servirán de respuestas a las preguntas. Estos pueden ser leídos por los adultos a la mesa. Motiva a todos los que quieran compartir historias a que lo hagan.
Preguntas y respuestas de discusión
Pregunta: La primera comida de la Pascua se llevó a cabo la noche antes del éxodo de Egipto. Egipto era un lugar de esclavitud, pero Dios liberó a los Israelitas. ¿De qué nos ha liberado Dios a nosotros?
Respuesta: Jesús contestó: “Les digo la verdad, todo el que comete pecado es esclavo del pecado. Un esclavo no es un miembro permanente de la familia, pero un hijo sí forma parte de la familia para siempre. Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes son verdaderamente libres.” (Juan 8:34-36, NTV).
Historias: Cuenta historias de lo que significa ser libre y por qué estás agradecido por tu libertad.
Pregunta: Dios proveyó la comida en el Huerto del Edén. Él proveyó la manera de escape de Egipto para los Hijos de Israel. ¿Qué ha provisto Dios para nosotros hoy?
Respuesta: “Pues ustedes saben que Dios pagó un rescate para salvarlos de la vida vacía que heredaron de sus antepasados. No fue pagado con oro ni plata, los cuales pierden su valor, sino que fue con la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios, que no tiene pecado ni mancha. Dios lo eligió como el rescate por ustedes mucho antes de que comenzara el mundo, pero ahora en estos últimos días él ha sido revelado por el bien de ustedes.” (1 Pedro 1:18-20, NTV).
Respuesta: Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos. Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo.” (Efesios 1:4-5, NTV).
Historia: Comparte historias de lo que significa que la deuda del pecado ha sido cancelada y ser redimido a la familia de Dios. ¿Hay miembros en la familia u otras personas que tú sabes que han sido adoptados? ¿Qué significa tener una nueva familia? En tus propias palabras, compara la adopción, como hoy se conoce, a ser adoptados en la familia de Dios. ¿Cuáles son los derechos y las responsabilidades que tenemos como hijos de Dios?
Pregunta: Egipto simboliza hoy el cautiverio del pecado para nosotros. Los Hijos de Israel fueron librados de la décima plaga porque Dios proveyó una forma de escape. ¿Cómo podemos nosotros escapar del cautiverio del pecado?
Respuesta: “Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Pues es por creer en tu corazón que eres declarado justo a los ojos de Dios y es por declarar abiertamente tu fe que eres salvo.” (Romanos 10:9-10, NTV).
Historia: Comparte historias acerca de tu decisión de seguir a Cristo y lo que significa para ti la salvación.