Idea central
Debemos ir a la casa de Dios con la actitud adecuada y tener una relación comprometida con Dios.
Contexto bíblico
El autor del Eclesiastés hace una exhortación a acercarse a Dios con reverencia.
Expliquémoslo
1. Ven con el corazón correcto a la casa de Dios (vv. 1—3)
El predicador habla del aspecto espiritual de la vida. Habla de la conducta adecuada que debemos demostrar ante la presencia de Dios. Los que asisten a la casa de Dios no deben apresurarse a hablar, sino a escuchar. Dios es santo y debe ser reverenciado.
Cuando entramos en la casa de Dios para adorar, debemos ser considerados y llenos de santo respeto, nunca descuidados ni ostentosos. Nunca debemos dar por menos la presencia de Dios. Aquellos de nosotros que conocemos a Dios debemos entrar en un servicio de adoración espiritualmente preparados para honrar a Dios y para escuchar de Él, y luego actuar sobre lo que aprendemos. Este tipo de culto requiere toda nuestra atención y dedicación.
La manera práctica en que podemos vencer las distracciones y venir preparados a la casa de Dios es viniendo con un corazón preparado. Desde el momento en que nos levantamos podemos poner canciones de adoración, leer la palabra de Dios, o incluso orar, esas prácticas espirituales preparan el corazón. Otra es descansar y enfocarnos en la verdad de Dios. Es fácil permitir pensamientos intrusivos de situaciones difíciles por las que estamos pasando o cosas que tenemos que hacer durante la semana.
Que aprendemos: Toma tu tiempo en la casa de Dios en serio
La iglesia no es un club social. Es un lugar donde un grupo de creyentes se reúnen para adorar a un Dios santo
Preguntas para discutir
¿Cómo se puede superar las distracciones en la iglesia?
En tus palabras, ¿qué significa que hay que dar reverencia a Dios?
2. Tómate en serio tu compromiso espiritual (vv. 9—12)
El predicador expresa la importancia de no hacer promesas a Dios que no podamos cumplir. Lo que prometamos, debemos cumplirlo o, mejor aún, ni siquiera prometerlo, sino actuar obedientemente a la palabra de Dios en lo que debamos cambiar.
Muchas veces sobre prometemos y no cumplimos. Debería ser al revés. Hay muchas cosas que Dios está trabajando dentro de nuestras vidas, y en esa emoción, hacemos promesas a Dios para nuestro futuro en vano. Una semana o un mes después, rompemos lo que prometimos. En lugar de hacer promesas que no podemos cumplir (Mateo 5:33-37), debemos actuar sobre lo que hemos aprendido y cambiar lo que podamos hoy.
Que aprendemos: Toma tu relación con Dios en serio
Deja de prometerle a Dios cosas que no puedes cumplir. Deja que Él te cambie
Preguntas para discutir
¿Qué dice la Biblia sobre prometer cosas a Dios?
¿Cómo uno puede superar la tibieza espiritual y comprometerse con Dios?
Llamado a la acción
Más que promesas, Dios quiere que tengas una relación comprometida con Él. Hoy es el día para seguirlo de todo corazón.