Idea central
Dios restaura y perdona a los que se arrepienten de sus pecados.
Contexto bíblico
El autor relata el casi final de la vida de Sansón. Tras pecar y abandonar su pacto desde su nacimiento, clama a Dios por su restauración.
Expliquémoslo
1. Clama a Dios en tu quebranto (v. 28)
Sansón, incluso antes de nacer, fue llamado por Dios a ser nazareo (Jueces 16:17). Un nazareo era una persona que juraba “separarse para Dios”, absteniéndose de bebidas fuertes y otras formas de indulgencia y dejando crecer su cabello sin cortar (Números 6:2–5). Ese compromiso le hizo físicamente fuerte, llegando incluso a enfrentarse a los leones. En aquella época, se convirtió en un guerrero temido, y sus enemigos buscaban la manera de vencerlo. Tristemente, cayó en la tentación y fue seducido por una mujer llamada Dalila, a la que indagó de dónde procedía la fuente de su fuerza. Aquello se convirtió en el principio de su perdición porque, a partir de ese momento, perdió su fuerza, y sus enemigos se aprovecharon, le quitaron los ojos y lo encarcelaron. El pecado le había traído grandes consecuencias.
Un día, lo sacaron de la cárcel para reunirlo delante de 3.000 mujeres y hombres para reírse de él. En la ceguera y la derrota, invocó a Dios. Se dio cuenta de adónde le habían llevado sus decisiones pecaminosas. Podría haberse arrepentido incluso antes, pero esperó casi hasta el final. Cuando una persona peca, la culpa inmediata y el sentimiento de inutilidad entran en juego. Así es como probablemente se sintió él.
Aprendemos que Dios no le trajo las consecuencias; el pecado lo hizo. También vemos que no importa cuán hundida esté una persona en el pecado o el quebrantamiento, uno puede clamar a Dios y obtener Su misericordia (Hebreos 4:16). Él puede limpiarnos del pecado, y nosotros debemos responder no volviendo a pecar (1 Juan 1:7; Juan 8:11; Romanos 6:1–2).
Que aprendemos: El pecado te destruye a ti y a tu reputación
Debemos tomarnos en serio nuestro compromiso con Dios de ser santos
Las consecuencias del pecado son grandes. No vale la pena
Preguntas para discutir
¿En qué se parece la vida de Sansón a la tuya?
¿Qué se le puede decir a alguien que ha caído sin esperanza de restauración?
2. Dios te puede levantar de tu quebranto (vv. 29—31)
Tras suplicar a Dios durante un momento, Sansón recuperó las fuerzas. Metió las manos entre los dos pilares que sostenían el edificio y empezó a empujar. De repente, el edificio cayó junto con los que estaban en él. La pérdida de los filisteos fue grande. Habían muerto más en esta acción que en toda la vida de Sansón.
Dios escucha de verdad y responde a quienes están verdaderamente arrepentidos y contritos (Salmos 51:17). Siempre podemos ver que se puede hacer más cuando tenemos a Dios de nuestro lado, en lugar de vivir la vida solo. Aunque Sansón había pecado y al final fue vengado al costo de su vida, fue incluido en los “héroes de la fe” junto a personas rectas del Antiguo Testamento como Daniel (Hebreos 11:32–33). Y esa inclusión debería hacer nacer la esperanza en cada corazón. Aunque Sansón no estaba ni siquiera cerca de ser un hombre perfecto, acertó en esto: creyó que Dios podía usarlo para cumplir Su voluntad. Por lo tanto, confiemos en Dios, sometámonos a Su voluntad para nuestras vidas y démosle todo lo que tenemos.
Que aprendemos: Necesitas a Dios en tu vida para superar tus luchas
No importa lo lejos y profundo que hayas caído en un pecado, si te arrepientes, Dios puede restaurarte
Levántate del adormecimiento espiritual y sigue el plan de Dios para tu vida
Preguntas para discutir
¿Cómo te hace sentir saber que Sansón fue incluido entre los héroes de la fe?
Llamado a la acción
Nunca sientas que Dios no puede escucharte porque has pecado. Él te escucha y hoy tienes la oportunidad de arrepentirte de todo corazón. Él puede restaurarte y devolverte el gozo de tu salvación.