Seamos compasivos (Jeremías 8:18—22)

Idea central

Debemos ser compasivos con los demás y estar abiertos a que Dios nos utilice para restaurar a los demás.

Contexto bíblico

Jeremías implora a Dios que salve a su pueblo. Estaban al borde de la destrucción a causa de su rebelión.

Expliquémoslo

1. Seamos compasivos con los demás (vv. 18—20)

El intenso dolor de Jeremías por el sufrimiento de su pueblo le lleva a otro lamento. Le pide a Dios que escuche el clamor de su pueblo cautivo, que se preguntaba si Dios seguía allí. Su sufrimiento era el resultado de su pecado, pero el quebrantamiento seguía afectando a Jeremías por sus compatriotas.

El corazón de Jeremías por los que sufren debería retarnos. ¿Cómo es nuestro corazón hacia los que sufren? ¿Somos compasivos con nuestros hermanos en la fe que han caído en pecado y se han alejado de la fe? Debemos expresar preocupación e interés por los perdidos, heridos y quebrantados (Efesios 4:32).

  • El corazón de Dios está por los quebrantados de corazón

Lo que aprendemos: Debemos tener compasión por los que están heridos


Preguntas para discutir


¿De qué maneras podemos mostrar nuestra compasión a los demás?

En tus propias palabras, ¿qué es la compasión?

2. Dios quiere usarnos para sanar las heridas de los demás (vv. 21—22)

Después de expresar su dolor, Jeremías anhelaba que Dios aplicara a sus heridas el bálsamo curativo de Galaad. "Bálsamo en Galaad" se refiere a diversas resinas utilizadas para la curación y estaba disponible a sólo unas millas de distancia en Galaad, que era famosa por las propiedades curativas de los ungüentos fragantes hechos de sus plantas y árboles de bálsamo.


En otras palabras, la curación de Dios estaba cerca, y Jeremías expresó compasión. Tenemos que entender la diferencia entre tener empatía y simpatía. La simpatía consiste más bien en sentir lástima por otra persona. La empatía va más allá y muestra compasión y comprensión hacia alguien, y esa compasión lleva a la acción. Cuando sentimos compasión por alguien, ¡actuamos! Levantamos a los que han caído y curemos las heridas de los que están heridos. Somos agentes de Dios llamados a reconciliar al mundo con Él (2 Corintios 5:20). Dios puede usarnos para sanar a los heridos a través del Espíritu Santo cuando mostramos compasión

  • El Espíritu Santo puede curar cualquier herida

  • Debemos correr a Dios para nuestra curación y restauración


Lo que aprendemos: Dios quiere usarte como su agente de reconciliación


Preguntas para discutir


¿Cómo puede Dios utilizarnos para sanar a los demás?


¿Cómo cura el Espíritu Santo las heridas de los heridos?

Llamado a la acción

Dios nos llama a desarrollar un corazón compasivo con los heridos y lastimados. A defender a los quebrantados y a dejarnos usar por Dios para restaurar a otros a través del Espíritu Santo.