Escoge ser discípulo de Jesús (Marcos 8:31–38)

Idea central

Debemos alinear nuestras vidas a la voluntad de Dios y no avergonzarnos de Él.

Contexto bíblico

Jesús anuncia a sus discípulos que debe sufrir, ser rechazado, morir y resucitar. Pedro intenta disuadirlo, pero Jesús lo reprende por pensar en términos humanos. Jesús enseña que seguirlo requiere negarse a uno mismo, tomar la cruz y estar dispuesto a perder la vida por Él y el evangelio. También advierte que quienes se avergüencen de Él serán rechazados en su gloria futura. Este pasaje destaca el costo del discipulado y la necesidad de una entrega total a la voluntad de Dios.

Expliquémoslo

1. Debemos alinear nuestras vidas con la voluntad de Dios (vv. 31-37)

Jesús comenzó a enseñar a Sus discípulos que era necesario que Él sufriera y fuera rechazado por los ancianos y líderes religiosos de la época. Pedro, sin entender, intentó disuadir a Jesús de este camino. Jesús discernió que las intenciones de Pedro eran equivocadas y lo reprendió. El deseo constante de Jesús era someterse a la voluntad de Dios, sin importar el costo (Lucas 22:42). Luego, miró a todos los discípulos y les explicó el costo del discipulado: si alguien desea ser su discípulo, debe negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirle.

En nuestro caminar con Dios, debemos alinear nuestras vidas con Su voluntad y no al revés. No podemos servir a dos señores (Lucas 16:13). Para ser verdaderos discípulos de Cristo, debemos morir a nosotros mismos y alinear nuestras intenciones con la voluntad de Dios. Esto a menudo tiene un costo. Seguir los planes de Dios implica enfrentar resistencia espiritual, como lo experimentó Jesús. De hecho, Jesús advirtió que surgiría persecución para quienes le siguieran (Mateo 10:22). Esto es tomar nuestra cruz: confiar en que Dios nos sostendrá en cualquier cosa que nuestra jornada de fe traiga. Jesús ejemplificó perfectamente esta alineación con la voluntad de Dios. Pablo es otro ejemplo; él enfrentó persecución por seguir a Cristo (2 Corintios 11:23–29) y expresó su devoción por agradar a Dios (Gálatas 1:10) y su ferviente deseo de vivir para Cristo (Gálatas 2:20). Alineemos nuestras vidas a la voluntad de Dios y decidamos ser discípulos de Cristo.

  • Sigue la voluntad de Dios para tu vida

Que aprendemos: Seguir a Jesús tiene un costo

Preguntas para discutir 

Jesús dijo que si alguien desea ser su discípulo, debe negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirle. ¿Qué significa para ti “tomar tu cruz” en tu vida diaria?

Reflexiona sobre un momento en tu vida en el que sentiste que era difícil seguir los planes de Dios. ¿Qué aprendiste de esa experiencia?

¿Cómo puedes apoyar a otros en su jornada de fe para que también puedan alinear sus vidas con la voluntad de Dios?

2. Debemos alinearnos con Cristo, sin sentir vergüenza  (vv. 38)

Después de exhortar a Sus discípulos, Jesús habló sobre la importancia de no avergonzarse de Él ni de Sus enseñanzas. Advirtió que si alguien lo rechaza y se avergüenza de Sus palabras en este mundo, entonces, cuando llegue el momento en los cielos, ellos también serán rechazados. Jesús nos llama a ser audaces por Él, sin vergüenza.


¿Por qué habríamos de avergonzarnos de Aquel que murió por nosotros en la cruz? No debemos avergonzarnos de Él ni de Su evangelio. Pablo escribió a los romanos que no se avergonzaba del evangelio, porque es poder de Dios para salvación (Romanos 1:16). Jesús tiene el poder de salvar y transformar vidas. Vivamos esta verdad con valentía y sin temor.

  • El Evangelio tiene poder transformador

  • Hay que preferir ser rechazados en la tierra, pero aceptados en el cielo

Que aprendemos: Nunca te avergüences de Jesús o su mensaje

Preguntas para discutir

¿Por qué crees que Jesús enfatizó la importancia de no avergonzarse de Él ni de Sus enseñanzas?

Jesús tiene el poder de salvar y transformar vidas. ¿Cómo has experimentado este poder en tu vida personal?

¿Has enfrentado alguna situación en la que sentiste la tentación de ocultar o minimizar tu fe? ¿Cómo la manejaste?

Llamado a la acción

Elige ser un discípulo de Cristo. Sigue el propósito que Dios tiene para tu vida.