Hay esperanza en Cristo (Juan 11:17-27)

Idea central

Hay que confiar en el tiempo de Dios, a ser pacientes en nuestras oraciones, y a reconocer que Jesús, como la resurrección y la vida, es la fuente de nuestra salvación y esperanza, incluso cuando las circunstancias parecen desesperadas.

Contexto bíblico

Jesús llega a Betania y encuentra a Lázaro ya sepultado por cuatro días. Marta, en medio del dolor, expresa su fe diciendo que si Jesús hubiera estado allí, su hermano no habría muerto. Aun así, confía en que Dios puede hacer algo. Jesús le revela que Lázaro resucitará, no solo en el futuro, sino ahora, porque Él es la resurrección y la vida. Este pasaje nos enseña a confiar en el tiempo de Dios, aunque parezca que ha llegado tarde. Su poder se manifiesta en medio de la espera.

Expliquémoslo

1. Se paciente con tus oraciones (vv. 17–24)

Lázaro, el hermano de María y Marta, había caído enfermo. Sus hermanas enviaron un mensaje a Jesús para que viniera, pero cuando Él llegó, Lázaro ya llevaba cuatro días en el sepulcro. Marta, en su dolor, le dijo a Jesús que si Él hubiera llegado antes, su hermano no habría muerto; sin embargo, aún expresó su fe en el poder de Dios. Jesús le aseguró que su hermano resucitaría. Imagínate escuchar eso. La mayoría de nosotros pensaríamos en la vida después de la muerte, y así fue como Marta lo entendió. Pero Jesús hablaba literalmente. Lo que Marta no sabía en ese momento era que estaba a punto de presenciar algo mucho más grande de lo que esperaba.

Esta parte de la historia nos recuerda que Marta y María habían contactado a Jesús días antes, esperando un milagro. ¿Alguna vez te has sentido así? Oras con urgencia esperando una respuesta rápida, pero parece que no pasa nada. El tiempo avanza y las cosas solo parecen empeorar. Sin embargo, aquí aprendemos a confiar en Dios incluso cuando las circunstancias digan lo contrario. Confiar en Dios es aprender a esperar pacientemente Su tiempo. Lo contrario de la confianza es la impaciencia, cuando tratamos de arreglar las cosas por nuestra cuenta. Jesús tenía un propósito mayor en la muerte de Lázaro: revelar Su gloria y poder a sus discípulos, y también a Marta y María. No pierdas la paciencia. Mantente firme y deja que Dios obre (Éxodo 14:14; Lamentaciones 3:26).

  • Entrega tus tiempos a Dios. Decide confiar en Su calendario, no en el tuyo

Qué aprendemos: Los tiempos de Dios son diferentes a los nuetros


Preguntas para discutir 

¿Cómo reaccionas cuando sientes que Dios “se tarda” en responder? ¿Tiendes a rendirte, a insistir, o a intentar resolverlo por tu cuenta?


¿Has visto una respuesta tardía de Dios que terminó siendo mejor de lo que esperabas? ¿Qué aprendiste de esa experiencia?

2. Tu fe en Jesus hace la diferencia (vv. 25–27)

Marta creía que volvería a ver a su hermano en la vida eterna, pero Jesús quería que entendiera que la resurrección no es solo un evento; la resurrección es una persona. Jesús cambió su perspectiva al declarar que Él es la resurrección y la vida. Él es el dador de la vida, y para quienes han confiado sus vidas a Él, la muerte física no es un final trágico, sino la puerta de entrada a la vida eterna con Dios. En ese momento, Jesús estaba fortaleciendo la fe de Marta.

Aunque Jesús eventualmente resucitó a Lázaro, el mayor milagro no fue la resurrección en sí, sino creer en Cristo y recibir Su salvación. ¿Crees que Jesús, así como lo hizo con Lázaro, puede resucitar tu matrimonio? ¿Tu vida? ¿Tus hijos? No importa cuán rota parezca la situación, Él puede hacerlo. Pero recuerda que los milagros deben llevarnos a una fe más profunda en Él, y no ser la razón principal por la cual lo seguimos. El regalo más grande que hemos recibido es el perdón de nuestros pecados y la salvación que solo Cristo puede ofrecer (Hechos 4:12; Efesios 2:8–9).

  • Afirma tu fe en Cristo. Reconócelo no solo como quien puede ayudarte, sino como Aquel que te salva.

Qué aprendemos: En Jesus solo se encuentra la salvacion 

Preguntas para discutir
¿Has buscado a Dios solo por lo que puede hacer (milagros), o por quién Él es? ¿Cómo puedes reenfocar tu fe en Él y no solo en sus obras?

Llamado a la acción

Lleva tus preocupaciones a Dios y, al presentárselas, espera pacientemente Su respuesta y Su obra. No intentes resolver el problema con tus propias fuerzas. Él responderá.

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