Un amigo en quien confiar

Toda persona y en cualquier momento se encuentra de repente frente a situaciones de victoria y bendición al igual que momentos de tristeza, dolor y angustia. Y en cualquiera que sea la circunstancia es bueno saber que podemos contar nuestras victorias, así como nuestras derrotas y momentos de dolor a alguien que nos escuchará y no solo eso, sino que nos animará, nos exhortará o nos felicitará en esos momentos, lo que necesitamos es un amigo.

Posiblemente contamos con alguien cercano que puede ser un familiar o algún conocido. Sin embargo, como hijos de Dios contamos con el amigo perfecto. Nuestro Salvador nos ha llamado sus amigos. Para poder confiar en Él, necesitamos estar en comunión con el Señor, es decir, en intimidad para que la confianza en Él crezca.

Juan 15:14, 15 “Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.”

Que gran privilegio, que el autor de la vida nos ha llamado sus amigos, cuando en algún tiempo éramos sus enemigos, (Romanos 5:10), no porque Él lo haya decidido, sino que nosotros escogimos serlo al vivir una vida llena de pecado y maldad no queriendo tener nada que ver con Su amor y perdón.

“Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.” Romanos 5:10

Si nos ha llamado amigos, entonces podemos confiar en Él porque es el único y verdadero amigo. Así que podemos acercarnos y decirle confiadamente que es lo que sentimos en la situación por la que estamos pasando. Así que podemos decirle a Jesús sobre:

Nuestras desilusiones

En el evangelio de Lucas encontramos la desilusión manifestada por dos caminantes que iban rumbo a Emaús (Lucas 24:13-21), estos dos hombres hicieron saber su desilusión al contarle al caminante que se les unió en el viaje sobre lo que había sucedido ya tres días antes, de cómo Jesús nazareno que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; y cómo le entregaron los principales sacerdotes y sus gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron. Y la desilusión que ellos se llevaron consistió en que, según su propio dicho, “nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido.”

Al igual que estos viajeros, nosotros también esperamos recibir la respuesta a la petición que tenemos delante de nuestro Señor, sin embargo, el responde muchas veces en una forma distinta a la que deseamos. Y cuando Él responde siempre es para nuestro beneficio, aunque nosotros pensemos que no es así. Él sabe que es lo mejor para nosotros.

Nuestras dificultades

En el evangelio según San Marcos 6:35-36 encontramos que los discípulos se acercan al Señor para decirle que ya era muy tarde y que la multitud que estaba con ellos no tenían que comer y que sería mejor que los despidiera para que pudieran ir a comprar algo de comida. El Maestro divino los sorprende cuando les dice “… Dadles vosotros de comer…” Nuestro Señor es capaz de solucionar todas nuestras dificultades con solo decir la palabra. Al decirles “dadles vosotros de comer” los estaba capacitando para que suplieran las necesidades de la gente, lo que sucedió al proveer en una forma sobrenatural pan para cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

Nuestros fracasos

Marcos 9:14-29 relata el hecho de que los discípulos no pudieron echar fuera a un espíritu demoniaco. En el versículo 28 nota que los discípulos hicieron la pregunta al gran Maestro ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? La respuesta del Señor fue clara y sencilla: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno. En otras palabras “deben estar en completa comunión con Dios”. Y esa es la clave para poder tener la confianza en el Señor, la intimidad con Él.

Cuando fracasamos viene Satanás a traer el sentimiento de derrota, y de nosotros depende si le creemos. Hace unos días oí a un predicador decir “Si Satanás esta moviendo los labios, esta diciendo una mentira” y eso es una verdad; a quien debemos de creer, ¿a Cristo que nos da incontables promesas para bendición, o a Satanás que trata de destruirnos a cada momento? Mas como está escrito:

“Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” 1 Juan 4:4

El fracaso que en ocasiones viene a nuestras vidas es reemplazado por la obra de Jesucristo nuestro Señor, porque pues la Escritura dice: “Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado” (Rom 10:11). Y Él se encarga de ayudarnos cuando hay derrota en alguna área de nuestra vida, Él viene transformando esa derrota o fracaso en una victoria para la gloria de Su Nombre.

Nuestras necesidades

En el evangelio de Marcos vemos el encuentro que tuvo Jesús nuestro Señor con Bartimeo el ciego. Este hombre expresó al divino Maestro su necesidad: “Maestro, que recobre la vista” Marcos 10:51. La Biblia nos dice que Dios conoce nuestras peticiones antes que nosotros las hagamos, sin embargo, Él nos dice también, “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” Mateo 7:7. Él nos ayuda a obtener lo que necesitamos y en ocasiones nos da aún más de lo que le pedimos. Como buen Padre que es, siempre está dispuesto a ayudarnos.

Nuestras victorias

En nuestro caminar diario y como hijos de Dios constantemente obtenemos victorias en diferentes áreas de nuestra vida. Volvieron los setenta con gozo, diciendo: “Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre” (Lucasa 10:17). En ocasiones no nos damos cuenta, sin embargo, nuestro Salvador y Señor nos ayuda a salir victoriosos. Como esta escrito: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Rom 8:37).

Por tanto, mantengamos esa comunión intima con nuestro Dios quien se encarga de nosotros en todos los aspectos de nuestra vida.


Juan Rodríguez es el Director del Instituto Bíblico Visión Misionera en Templo Betania y sirve como maestro y predicador.

Juan Rodríguez

Juan Rodríguez es el Director del Instituto Bíblico de Visión Misionera en Templo Betania. Imparte cursos sobre teología, encuestas bíblicas y forma parte del equipo de predicación.